Un domingo por la mañana, mi madre gritó:
-¡¿Quién ha metido una vaca en la nevera?!
Una enooorme aventura estaba a punto de comenzar. Tan enorme como el enorme corazón de vaca de Carola Quesodebola.
-¡¿Quién ha metido una vaca en la nevera?!
Una enooorme aventura estaba a punto de comenzar. Tan enorme como el enorme corazón de vaca de Carola Quesodebola.